De ser un complemento y entrenamiento de respaldo el entrenamiento en el rodillo dada las circunstancias por todos conocidas se convirtió en la opción principal de entrenamiento para la gran mayoría de los ciclistas y con ello surgen muchas preguntas, quizás la más importante es que tan efectivo es en comparación con entrenar en la calle.
El rodillo funciona porque reproduce fielmente el gesto de pedaleo. La biomecánica de pedaleo en un rodillo y en la bici de verdad es prácticamente igual. ¡Ojo! Prácticamente igual no significa exactamente igual. Pero de cara a las adaptaciones fisiológicas que buscamos al entrenar podemos decir que no hay diferencia. Sin embargo, es evidente, para todo el que haya pedaleado en un rodillo, que las sensaciones no son iguales. Las diferencias más importantes vienen de la falta de inercia (no hay avance). Fruto de esta falta de avance tenemos también falta de ventilación, que es otro de los inconvenientes del rodillo. Otra diferencia sería la falta de equilibrio. Esto no se aplica para los rodillos de rulos donde si tenemos que mantener el equilibrio. Al final, estas diferencias se concretan en las siguientes características diferenciales respecto a entrenar fuera.
Por otro lado tenemos las diferencias que surgen cuando su usan aplicaciones como Zwift y Rouvy etc., que dan una sensación más “real” en cuanto el entrenamiento. Lo que no quiere decir que los valores que se generan – los vatios – sean una reproducción fiel de lo que sucede en la calle, de hecho se estima que en entrenamiento indoor el mismo ciclista puede tener hasta 40 watts o 10% por debajo de lo que generaría entrenando de la forma convencional.
Otros estudios sugieren además que Zwift no es “justo” al menos en cuanto a las estimaciones en terreno llano, dichos análisis cuestionan la validez de los datos entre ciclistas con la misma relación de vatios/kilos pero con diferente peso corporal, acá el ejemplo.
Un ciclista de 75kg a 300w (4w/kg) con un coeficiente aerodinámico de 0,32 (número estándar para bici de ruta) circularía a 39,01km/h.
Un ciclista de 60kg a 240w (4w/kg) con un coeficiente aerodinámico de 0,32 (número estándar para bici de ruta) circularía a 36,31km/h.
Como podemos ver, habría una diferencia de velocidad de 3km/h asumiendo que ambos ciclistas tienen el mismo coeficiente aerodinámico. En Zwift, la velocidad en llano depende, casi únicamente, de la potencia relativa. Como los dos ciclistas del ejemplo tienen el mismo W/kg, en la computadora irán prácticamente a la misma velocidad, lo cual no sucedería en la vida real como acabamos de mostrar.
Dado lo anterior, es de vital importancia calcular para quienes entrenan con potenciómetro, el FTP en el rodillo, que aunque no sea exacto será una referencia para estimar los avances y retrocesos. Para saber cuantos watts perdemos en el rodillo es hacer una subida de 10 minutos a unas pulsaciones determinadas y luego hacer un esfuerzo de la misma duración en el rodillo a las mismas pulsaciones para ver la equivalencia.
Con las referencias correctas sea donde sea que entrenemos, podremos tener una evaluación más concreta de nuestro entrenamiento y así poder calcular el esfuerzo que necesitamos realizar para conseguir el progreso que buscamos. Como en cualquier área de la vida si la data es incorrecta, no se tendrá los resultados esperados.
En cuanto a la discusión si el rodillo es mas duro que la calle o a la inversa, hay algo que es infalible y es el TSS de cada sesión, si el FTP del rodillo está bien determinado y da diferente a la ruta y se corrige en su ciclocomputador y Training Peaks entonces el TSS va a reflejar el verdadero esfuerzo, lo que nadie puede negar es que el efecto psicológico en el rodillo no es el mismo que en la ruta y que la opción de balancear la bici en la ruta vs el rodillo no es igual