Al ciclista paralímpico Juan José Florián nada parece frenarlo, con una mentalidad lista para superar cualquier reto, Florián revalidó su título de campeón nacional y su próximo objetivo es trasladar su éxito fuera de nuestras fronteras.
Sus inicios en el deporte comenzaron luego del incidente donde perdió sus dos brazos y una pierna, primero la natación y luego dio el salto al ciclismo. Esta es la primera de dos entregas de la conversación que tuvo endosruedas.com.co con este destacado atleta.
Te felicito por los logros recientes, vienes de la natación, ¿Por qué cambiar? ¿Cómo fue la transición de la natación a la bicicleta?
La piscina la empecé como rehabilitación y ahí se fue formando el sueño de poder tomarlo como alto rendimiento y empecé a nadar, haciendo vida social. Otros deportistas me fueron contando su experiencia, que eran medallistas. Yo fui militar 12 años nunca me llamó la atención el deporte, ni de niño; pero ya la vida me dio el cambio, me fue súper bien nadando, representé a Colombia, en Estados Unidos, Brasil, Venezuela, alcancé la segunda mejor marca a nivel nacional, me sentía súper bien y empecé a soñar con ir a unos Juegos Olímpicos
Empecé a estudiar psicología y ya no tenía el mismo tiempo. Todo el mundo me decía que debía ser profesional, me dijeron esas palabras que seguramente a todos los deportistas le han dicho, que el deporte no da. A veces uno tiene el talento, pero abandona, me alejé y mis compañeros llegaron a los JJOO de Rio y yo me sentí frustrado, envidioso, no de hacerle daño a otro, sino de querer llegar ahí, me puse a evaluar, después de 12 años siguiendo órdenes, ¿Ahora también iba a seguir ordenes? y me dije, ¡No! Yo me voy a dedicar al deporte y llegar a los Juegos Olímpicos. Ya pasó Río, entonces quiero ir a Tokio y le puse a mi proyecto 2020, pero ya no lo quería hacer desde la piscina.
Siempre me había gustado la bici, pero no como deporte, sino para hacer los mandados, pues vengo del campo o para ir a la escuela. Me puse a investigar los deportistas en Latinoamérica, en Colombia, que clasificación me tocaría según mi condición física. Descubrí que en el mundo hay 17, mi clasificación funcional en el ciclismo es C1, Me di cuenta que son cinco a nivel panamericano, era cuestión de ponerme a entrenar, empezó a coger fuerza mi proyecto, soy el único en Colombia amputado de los dos brazos y de una pierna por encima de rodilla y casi que del mundo y eso era un reto grandísimo.
Llegaba a los laboratorios y me decían que sí estaba loco… y cuando me decían eso, pensaba “este Man no me sirve, yo lo que quiero es cumplir mi sueño” hasta que el señor Pedro Fonseca creyó en mí, el reto era buscar cómo frenar, adaptaciones y por ahí en una foto en internet, vimos que alguien hacia eso y con un par de mecánicos, técnicos en bicicleta empezamos a ensayar y vimos cómo funcionaba. Descubrimos como como frenar, seria con la pierna, conseguimos unos cambios electrónicos y pues probemos con la boca… Ya la flecha estaba lista, faltaba el indio, formarlo. Empecé a entrenar y….. Lo que me habían dicho que podía caerme, en un descuido pues me caí, me fracturé la clavícula, tuve quince días quieto, pero no me detuve, no se frenó ese sueño.
Uno siempre dice que la fractura de clavícula es la graduación de todo ciclista, todos pasan por ahí, te graduaste
(Risas) Eso me dijo un amigo, hay dos tipos de ciclistas, los que se han caído y los que se van a caer
¿Y cómo fue esa primera competencia?
Fue una parada nacional , aquí en Bogotá y meses después se me dio la oportunidad de ir a una Copa del Mundo en Holanda y que buscaba yo en esa Copa del Mundo, mi clasificación, todo lo que es deporte paralímpico, se pasan a un control médico y de acuerdo a ese control médico te dan una clasificación, a nivel nacional se hace pero ese me servía solo para Colombia y yo quería la internacional y con ayuda de la Corporación Matamoros, de las Damas protectoras de los Soldados, fueron quienes me ayudaron me consiguieron los pasajes, los viáticos. Mi entrenador Chepe Castro me consiguió la inscripción por medio de la Federación de Ciclismo, me fui para allá solo, un amigo se fue para allá también, pero él se fue un día antes, me toco solo irme solo hasta Holanda, pero afortunadamente conseguí la clasificación médica que era la que estábamos buscando y que me certificaran como C1 y ya quedara clasificado.
Ya lo demás era competir, conocer a los rivales y fue una experiencia muy bonita, yo en la natación iba siempre hacia medalla, pero este deporte me demostró que no era igual que la natación. En la natación competía siete pruebas, aquí solo dos. En la piscina realmente entregas todo y hacer bien la técnica, los virajes, la salida, rematar. En el ciclismo, es igual, solo que también la bicicleta habla por el deportista y allí me di cuenta que tenía que mejorar la máquina, las adaptaciones y estuve tocando puertas, es difícil y más cuando uno es deportista paralímpico, donde muy pocos nos muestran y es difícil que las empresas quieran apoyar, pero no me he rendido he seguido tocando puertas, mostrándoles.
Ya tengo a Metal Bike que son unos expertos en adaptaciones, ellos son muy buenos, el Hospital Militar la parte de prótesis y amputados, he recibido apoyo de bicicletas Strongman, creen en mí y son cosas poquitas pero que se dan con amor, la tienda de la 127 que también están empujándome, el mismo centro de rehabilitación de las fuerzas militares, el doctor Mauricio Serrano me está llevando la parte médica, mi entrenador Chepe Castro y Héctor Mayorga, también están apostándome, la liga de Cundinamarca, estamos haciendo una cadena de fuerza, recibiendo el conocimiento de cada uno.
El año pasado fui campeón nacional, este año pude nuevamente tenerla (la camiseta), el sueño de muchos es tener esa camiseta y ya la tengo, ahora quiero los títulos de afuera, llegar a los Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, es cosa de entrenar y seguir y seguir, pero creo que las cosas se están dando súper bien, seguramente la vida me dará la oportunidad de llegar a Tokio y todas las personas que quieran unirse a este proyecto, bienvenido sean.
Colombia es una potencia en el ciclismo a nivel mundial, si no ganan, están ahí siempre peleando el podio en todos los terrenos, ¿sentiste algún tipo de presión?
La verdad no, hay mucho respeto, entre los deportistas se respetan mucho y en ningún momento la sentí, más eran los deseos de competir, la presión que sentía era llegar a Colombia y modificar mi plan de entrenamiento para poderles llegar, pues voy bien, ellos se hicieron, nadie nace con ese nivel. A mí me ayuda mucho el hecho de haber sido soldado, de haberme enfrentado con otros seres humanos en una guerra, eso ha hecho que tenga la mente muy fuerte y eso lo he puesto en práctica cuando me ha tocado competir.
Descubre más de Juan José Florián en la segunda parte de esta entrevista que será publicada pronto (puedes seguirlo en Instagram @moochoman)