Para asimilar todo nuestro esfuerzo y que el entrenamiento se transforme en una musculatura fuerte y sana es necesario tener unos hábitos adicionales al entrenamiento sobre la bicicleta.
Un musculo fuerte no es solo aquel capaz de levantar grandes pesos o en el caso del ciclismo aquel que puede mover las multiplicaciones más pesadas, un músculo fuerte también es un músculo flexible y allí tenemos el primer hábito necesario, el estiramiento.
Casi todos sabemos con mayor o menor exactitud cómo se estiran los músculos, pero más importante que saber cuál es el estiramiento más técnico, es saber qué se debe hacer para que el estiramiento sea eficaz: no hay que hacerse daño, la insistencia ese rebote que solía hacerse años atrás no es necesario, lo importante es sentir que músculo se estira, pero sin sobrepasar la barrera del dolor.
Nuestro cuerpo es sabio y aprende rápido, por lo tanto es mejor estirar a diario a no hacerlo nunca o solo algunas veces. También es preferible prestarle más atención al estiramiento post entrenamiento, que al previo. Antes de entrenar si bien se debe estirar, lo correcto es efectuar un correcto calentamiento del cuerpo
Un segundo habito que recomendamos es el auto masaje. No todos tenemos el tiempo o recursos económicos para ir al masajista tantas veces como no gustaría. Pero existe la opción del automasaje que, aunque no sea tan relajante, sí reporta muchos beneficios. Un lugar ideal para realizar este automasaje es el momento de la ducha después del ejercicio. En unos pocos minutos habrás dejado tus músculos listos para una óptima recuperación. Te indicamos cómo hacerlo:
Manipulaciones:
1º- Suelta la musculatura: Agarra ligeramente el músculo con toda la mano y con movimientos enérgicos y cortos muévela de izquierda a derecha durante medio minuto.
2º- Cacheteos: Coloca las manos huecas y golpea ligeramente para acelerar la circulación.
3º- Amasamientos: Entre los dedos pulgar e índice, agarrar y soltar la musculatura.
4º- Fricciones: Siempre en movimiento ascendente, fricciona la zona con la palma de la mano y dedos.
Obviamente no podemos dejar de lado la correcta alimentación, la ingesta de proteínas, carbohidratos y líquidos debe cambiar sus proporciones según el entrenamiento del día y una vez concluido este, hay que reponer rápidamente la energía para evitar entrar en un déficit energético que afectara los días sucesivos del entrenamiento.
Por último y no menos importante, está el sueño, un deportista debe permitirse dormir al menos ocho horas diarias y así lograr junto con los otros elementos, una correcta recuperación.