El Comité Olímpico Internacional anunció el reanálisis de más de 500 muestras adicionales de controles de dopaje realizados a deportistas participantes en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La reciente descalificación de Juan José Cobo del título de la Vuelta a España obtenido hace ocho años, abrió de nuevo el debate de lo tardío que resulta el sistema antidopaje y ello realmente contribuye a la búsqueda del deporte limpio.
El COI y las distintas organizaciones antidopaje argumentan que las prácticas de dopaje evolucionan a una velocidad difícil de controlar de forma inmediata. Nuevos productos y planificaciones cada vez más sofisticadas, hacen que el dopaje no siempre se pueda detectar en el mismo momento en el que se produce.
Pero..¿ 10 años?
Más que limpiar el pasado, la medida busca limpiar el futuro, pues implica que el deportista a quien se acaba descubriendo, aunque sea 10 años después, además de perder los éxitos del pasado, no podrá ejercer ninguna actividad relacionada con el deporte durante el periodo de suspensión que le sea impuesto en el presente. Por eso quienes hicieron trampas en Londres no podrán ir a Tokyo, y por eso quienes se beneficiaron de métodos ilegales en el pasado no pueden ocupar ningún puesto deportivo (ni como técnico, ni como médico, ni como directivo…) en la actualidad.
¿ Y si el deportista que es descalificado 10 años después, al apelar, resulta inocente? ¿ Cuantos años y recursos requerirá la justicia deportiva para dar con una salida justa? La respuesta oficial es que «El derecho de los deportistas a competir en igualdad de condiciones no prescribe, al igual que no caduca su legitimación para recuperar las medallas que deberían haber sido suyas desde el principio. Tampoco se salva el deportista tramposo de cumplir las consecuencias del dopaje, al menos desde un punto de vista legal, hasta pasados 10 años. Primero, porque nunca es tarde para retirar una medalla, un premio o una ayuda económica a quien nunca debió recibirla. Y segundo, porque el efecto principal de las sanciones por dopaje es la “prohibición universal de participación”, lo que implica que la persona sancionada por dopaje no puede participar, en calidad alguna, en ningún deporte y en ningún lugar. «
De momento una cosa es segura, la polémica continuará.